JIMMY VALDEZ OSAKU La genialidad y la pasión vaciada en color y poesía.

 

 



“(...) un pensamiento poético es un pensamiento que reinventa la poesía”.

Henri Meschonnic.

Transitar por el arte y las letras de Jimmy Valdez es atreverse a penetrar en toda suerte de terrenos, de barro, de sedimentos, de irradiación u oscuridad: la noche o el día,  lo divino y lo perverso en maridaje cuasi perfecto donde lo deslucido o lo rancio se eleva, muta... a materia de arte en sus manos.

“(...) Este besarnos, mendigar, lamer la fiebre, tocar el fondo…” 

Jimmy crea y recrea personajes reales o imaginarios pero todos desde un realismo brutal: vivido orgánico, sentido.  Es un poeta sincero y audaz. Nos cuenta, nos poema, nos aborda desde una perspectiva intimista real, surreal o imaginaria; un tanto abstracta... otras veces hiperrealista, todas las veces enarbolando la bandera de vanguardia. Siempre  como genio que emerge del fondo del mar o de una botella a reinventar el nombre o el pronombre; y hasta el verbo en sus textos.

Muchos se preguntarán: ¿y cómo, diablos, puede ser o hacer literatura o arte desde todos esos matices o subgéneros; todas esas perspectivas contrapuestas? Y yo les responderé con absoluta sinceridad: porque Jimmy Valdez no es un ser común y corriente. Es rebelde, anárquico, aboga por la resistencia a encasillarse ya como poeta, ya como artista, o como persona física y pensante en una sociedad acostumbrada a hacer modelos de repetición. Jimmy no es un holograma real de arte que camina y existe entre nosotros; seres normales, no. Jimmy es un artista especial. No teme ahondar sobre los demonios o las luces que lo pueblan. Se debate en público con estos y logra salir fortalecido. (Goethe)

 

Ha patentado un estilo propio indistinto pero con un discurso potente, juicioso, lacónico unas veces; otras con una prosa a lo Whitman de versos afinados, largos, interminables y bien estructurados.

Sobre su obra ‘Oráculo de sombras’, dice la poeta y académica, Claribel Díaz, lo siguiente: “Valdez nos revela un camino paralelo a la realidad, a lo cotidiano. Es el mundo de ahí afuera visto desde la poesía, desde la mirada sin contención. Probablemente, la mirada que proyecta su experiencia en el lienzo cuando estamos frente al pintor.”  Y   concluye: “Y así es, el poeta, el autor, el artista del lienzo que es Valdez no renunciará desde su Oráculo de Sombras al objetivo de descubrir, develar y/o inventar desde lo inagotable de su imaginario.”

 

Es crítico implacable de su universo propio o ajeno. De su país, de su entorno; pero es acérrimo crítico consigo mismo y cito: “La mirada incrusta sus huesos en el sobretodo de la imagen.  (...) me busco en un paisaje de agreste orografía; antes busqué en humedales sinuosos, bosques y tapias des-cosidas en lo remoto de los valles y de la mano hundida obtuve cenizas, la herrumbrosa figura del recuerdo...”

 

Creo, decididamente, que en Jimmy Valdez se crece la genialidad, cierta locura existencial o esa angustia de la que Kierkegaard no solo hablaba si no que resistía. Y esa genialidad creativa la dilata no solo como escritor y poeta sino como dramaturgo, ensayista, y artista plástico. 

A Jimmy, el artista, el poeta, el ser humano, no le interesan las florituras ni la belleza per se, estéticas vacías... No. Es como bien dice Díaz: “(...) sino en el potencial de su densidad, en lo interminable de una voz que no cesa. Su gran dominio de la aliteración lo confirma y cito:

 

“Este rigor impreso, este cadáver fugaz, esta máquina de siembra, nuestro arlequín. Este empuñe de fumarolas, asedio a lo más furtivo de la madeja, tejido desmemoriado y melancólico, irreal des-encajo en tierra firme. Este aire de oficina, contrato casual, relativo, tentador, plaza de los escombros, carne elíptica, pezón siniestrado, alquimia para llenar la boca, es un remordimiento. (...) “

 

Debo confesar que sus letras tienen en mí el efecto del espejo (Lacan) porque prefiero crear en ese tránsito por esos caminos boscosos de lucha con y contra las sombras (Stefan Zwey)... sus temas me tocan me hacen tener catarsis y por tanto, me hacen escribir y decir algo... me empujan a crear y eso se agradece. Sus letras son  como ese golpetazo en la cabeza que nos conmueve o nos aturde. (Kafka)

Nunca van a leer a Jimmy y quedar indiferente. Lo prometo. Es un poeta auténtico (Heidegger)... porque en él los versos parecen fluir como torrente de agua natural, gratuita, que desde las alturas de una empinada montana arremete y golpea, o seduce e inquieta.

 

Comparto aquí un texto suyo que retrata su estilo; lo descubrí, en mi labor de pesquisa  de material sobre toda su obra, para la elaboración de este artículo en la revista literaria ‘Dominicana en Miami’  de nuestra querida colega Glenda Galán donde, al parecer, habitualmente colabora. Escribe Jimmy:

“Si dijese que estoy perdiendo el tiempo, que debo levantarme, sacudir mis cosas, decir adiós a tanto preguntarme, descender de mi aposento hasta la calle, caminar sobre las ruinas de lo que fue la infancia, desamarrar la puerta y verme como Lázaro se habrá visto aquella vez ante sí mismo. Si es que puedo, si es que me dejases de mirar sin entenderme, como si estuviese loco, con gusto heredarías mi oficio hasta que puedas acompañarme calle abajo, ya seguro de la vida.”

 

Es un autorretrato literario, amigo lector, del inigualable Jimmy Valdez. Profundo poeta, viajero visceral y sin retorno a esos cuestionamientos endebles donde se fractura una y otra vez para alcanzar su objetivo en su oficio. Solo si se entiende ese punto se podrá entender su poética. Tiendo a emparentarlo con poetas como Jacques Rigaut, Rimbaud, Baudelaire, Hemingway, entre otros...

En Jimmy Valdez esa locura creativa que antes llamé existencial no solo no cesa como escritor y poeta sino como dramaturgo, ensayista, y artista plástico. Es una cualidad, un talento inherente ingénito.  Es lo que llamaría el amigo escritor de escritores, Premio Nacional de Literatura 2016, Roberto Marcallé  Abreu, -un escritor verdadero- o ‘un escritor de raza’ (Camus).

Es que leer a Jimmy supone ingresar a una suerte de laberinto emocional y creativo donde los signos semióticos se entremezclan con plasticidad y esa belleza rara, siniestra (F. Bacon); pero belleza al fin y al cabo y cito un grupo de sus versos:

“Este rigor impreso, este cadáver fugaz, esta máquina de siembra, nuestro arlequín. Este empuñe de fumarolas, asedio a lo más furtivo de la madeja, tejido desmemoriado y melancólico, irreal des-encajo en tierra firme. Este aire de oficina, contrato casual, relativo, tentador, plaza de los escombros, carne elíptica, pezón siniestrado, alquimia para llenar la boca, es un remordimiento. (...) “

 

En los silencios de sus letras se escucha a lo lejos un grito inconcluso. Un llamado, una advertencia o una profunda reflexión existencial válida para todos los seres humanos. Para mí si existe un autor o autora que se rompe como el mercurio hasta lograr sus propósitos a fin de vivir lo que escribe, es  él. Y me rio cuando lo digo porque una amiga y mejor poeta española me lo expresa en el prólogo a mi primer libro ‘Amores rotos: textos de amor y desamor’ (Alternativa Editorial, Madrid, 2004). Reafirma el autor en su obra, ese pensamiento del ‘dolor’ como materia prima que defiende Nietzsche en su filosofía cuando habla de la trascendencia del dolor.

 

A Jimmy lo conocí gracias a René Rodríguez Soriano en una actividad de éste en New York, específicamente en Manhattan, donde vivía de temporada en temporada. Y desde que leí lo que escribe por primera vez siempre procuré seguir su carrera.  Aprovecho para puntualizar que en esa urbe y otros estados de la unión hay una representación valiosa del talento de los dominicanos. En todas las áreas del arte y la cultura; tanto en la plástica como en la literatura. Tenemos intelectuales, políticos-concejales, decanos en los centros universitarios: como la ensayista-investigadora-docente, Daysi Cocco de Filipis. Claribel Díaz, César Sánchez Beras, Fernando Valerio Holguín; Poetas y gestoras culturales como Yolanda Hernández, Gladis Montolío, Lourdes Jakab, entre otros... En la pintura puedo nombrar a mis grandes amigos: Persio Minier, Santa Alejo, etc.

 

Los escritores con estas características como los dominicanos: Jimmy Valdez, mi amiga Ada Hayes; Sonia Fides o Lucí Garcés (españolas) como la multifacética cubano-americana Julie De Grandy  tienen esa cualidad en común que yo defino como la de causar adicción en sus lectores. De modo que si, lo acepto... fui y soy adicta a la literatura de estos poetas y amigos. Cito otro de los  poemas relevantes de Jimmy Valdez:

 

“Ha pasado el día, las aguas corren como serpientes en la acera.

Me desperezo. -La heladez del sol se sostiene en lo alto de mis ojos.-

El día de mañana es un establo de maderas torcidas

(rotos travesaños y una aguja pinchando el cielo).

Mojo un dedo en la boca, la brisa es caracol ajeno huyendo hacia el sur.”

 

Jimmy ingresa en mi top ten de poetas más importantes en la actualidad de la Republica Dominicana... aunque debo decir que la calidad poética de nuestra nación es altísima y coexisten otros de su calibre; no obstante, ese aliento poético especial que nos hace volver a leer y releer un poema, eso para mí lo tiene  Jimmy Valdez. ...

Es un asunto subjetivo, ¡claro!, avalado por las herramientas estilísticas, estéticas y analíticas que nos endosa  el conocimiento adquirido. ¿Y por qué no?... Un posible don o talento innato que otros me suponen.

No puedo terminar este trabajo sin agradecer, nuevamente, a Jimmy, la gentileza de prologar mi libro de poemas ‘Piel de abril’ en el dos mil once. A continuación otro fragmento de su pluma y estoy segura que aquellos que no lo conocían  van a comenzar a seguir su carrera tanto como escritor como artista plástico.

Jimmy es un talentoso artista y escritor que se casa con la gloria y la eternidad desde sus versos y sus lienzos que siempre, como dice Meschonnic: “reinventan la poesía.”

 

“Ha pasado el día, las aguas corren como serpientes en la acera. Me desperezo. -La heladez del sol se sostiene en lo alto de mis ojos.- El día de mañana es un establo de maderas torcidas (rotos travesaños y una aguja pinchando el cielo). Mojo un dedo en la boca, la brisa es caracol ajeno huyendo hacia el sur.”

 

 

Datos sobre el autor.

Jimmy Valdez-Osaku:

Mao, Valverde, República Dominicana, 1975. Poeta, dramaturgo, pintor, gestor cultural, articulista de opinión. Estudió Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y tiene un certificado en Economía Política de Henry George School of Social Science. Ha participado en bienales de pintura y exposiciones colectivas en la República Dominicana, Puerto Rico y New York, ciudad ésta donde ha organizado y curado exposiciones colectivas e instalaciones artís-ticas tales como: “Poetas que pintan”, 2004; “Undertow”, 2012; “6to piso”, 2013; “Te Deum”, 2014, entre otras. Ha publicado: Para todos sin importar lo que fumen (poemas, Mao, República Dominicana, 1999); Días enteros para una sopa (poemas, Media Isla Editores, 2010); La redonda peña despeñada (drama, Premio Letras de Ultramar 2009, Editora Nacional, República Dominicana, 2010); Maruja, de ser tú en el desgajo (poemas, New York, 2010) Un fragmento de narrativa, un cuento y varios de sus poemas aparecen en Nostalgias de Arena (antología de escritores de las co-munidades dominicanas en los Estados Unidos, Santo Domingo, 2011); Las barcas viejas también se hunden (poemas, La Ovejita Ebooks, New York-España, 2011) Osaku: herrumbre para erigir un hombre vivo (poemas, Urpi Editores, New York, 2012), y; Cadáveres para el tiempo (poemas, Edi-tora Nacional, República Dominicana, 2014).

 

 

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