"Nave Sorda” de René Rodríguez Soriano: Eros en una danza ahogada entre el fuego y el agua.



“Se conoce como incendio al fuego descontrolado
 que abrasa algo que no estaba destinado a quemarse.”
                                                    por Eli Quezada.



Al leer varias veces este poemario me quedo con la vaga inquietud y el desasosiego que se siente al entrar en una combustión donde el fuego te lleva del calor a la sed, al deseo de beber besos, aguamar, vinos, de beber el poema...

La riqueza de la prosa poética de René Rodríguez Soriano vuelve a envolvernos entre esos muchos significados o lecturas que nos incita a releer adictos a sus letras en busca de las sinrazones de la razón poética. En este caso de su libro que como dice el académico y escritor, Fernando Valerio Holguín en el prólogo: “es un pequeño milagro” emulando a Baudelaire cuando habla del milagro de la prosa poética que instituye en sus “Petites poèmes en prose” marcando el surrealismo y el simbolismo por el año 1864.

Se trata de “Nave Sorda... cuyo título es un correlato a todo el entramado poético que nos presenta.
“Nave sorda” es un himno a la imposibilidad del amor; al desencuentro, a la ausencia del ser amado-a, y cito: “(...) te llevaste en los ojos, los sonidos y el tiempo, la música que alumbra esta, apagada estancia.”pp.22

SORDA, en este caso me lleva al fuego... un elemento sine qua non, este libro no fuera todo lo simbólico, romántico y seductor que es... Dos poderosos elementos vitales interactúan para darle forma y fondo un pequeño gigante de la prosa poética romántica y posmoderna. Agua y fuego, pero es el fuego el que quema... El lirismo apasionado del autor se crece en cada grito apagado que ejecuta al construir esta historia de amor donde la persistencia del amor a pesar de la imposibilidad, se desgasta.

Permítanme entonces merodear por el término FUEGO,  tan importante como el agua representada por (NAVE).  El fuego es el calor y la luz producidos por la combustión. El fuego nace a partir de una reacción química de oxidación.  El fuego es la manifestación visual del mencionado proceso de combustión... El amor y la pasión se dan en ese mismo tenor. Nótese a lo largo del texto sinónimos que justifican esta ponderación: incendio, llama, quema, ardiendo...etc.

De la misma forma tampoco hay que olvidar que, dentro de lo que sería el ámbito de la Alquimia o la cosmogonía, se establece que el fuego es uno de los cuatro elementos fundamentales de la vida. Junto al agua (NAVE), la tierra y el aire. El aire enciende el fuego y el agua lo apaga, igual que la tierra.

La NAVE nos habla de agua, océano, rio, fluir, mudanza,. ausencia, partida, en fin: CAMBIOS -no estar quieto, más bien en movimiento-, ya lo dice Heráclito.

SORDA, por otra parte, me habla de fuego, de olvido, de imposibilidad, desencuentro, soledad. El aporte ilustrativo es vital como paratexto a esta significación: Y en este caso a continuación, justifica el título de este análisis el siguiente poema:


“Y me bebo el silencio...
de la llovizna de allá afuera
o el silencio de los locos (...)
un silencio que lo apaga todo
y es bueno hasta para el olvido.”pp.54.


Podemos notar desde el inicio que hay un sentimiento de abandono, de oscuridad, de privación...  Insisto, un sentimiento de desconsuelo ante el amor interrumpido, ante la imposibilidad del  amor:

Esta mujer, portadora de la mirada más audaz del calendario, hizo y deshizo mil nudos... entró y salió por las pasarelas de la nada.”pp.25

Las ilustraciones pictóricas son metonimias que fungen como paratextos de los poemas y como decía Borges “vestíbulos que nos permiten llegar al texto.” Igual que los epígrafes de escritores latinoamericanos que anteceden a los textos poéticos del autor. Como por ejemplo este que apoya mi tesis sobre la imposibilidad del amor y su relación con el epíteto ‘Sorda’ del título:

Solo la danza como lluvia púber sinfoniza  arterias”pp.37 (Plinio Chahín)

Este libro es un pequeño escarabajo con múltiples miradas. Es algo así como tomar un trozo de carbón encendido entre las manos... y soltarlo en un balde de agua, para mojarnos de olvido. Es fuego, brasa... es eros en una danza ahogada entre el fuego y el agua...  Es música, color, danza. Son los cinco sentidos comprometidos.  

El yo poético de René nunca prescinde de la piel, de la sensibilidad, del arte. Esta no es la excepción; pero es sinfónica muda (y sorda) como lo dice el epígrafe de Chahin antes citado.

Es imposibilidad, es ausencia, es soledad:
“(...) no hay vuelta atrás en este viaje univoco.”
“En la doble autopista del deseo, yo voy porque tu vienes...”

Y en este caso entramos a la parte final que el autor ha titulado NAUFRAGIOS...estos poemas para mí son la base fundamental de todo el texto: “(...) dame un trago de sed, y viérteme ardiendo en tus riberas.”

De nuevo: fuego, ardiente, trago-liquido, deseos... eros.  
Y créanme, si volviera a leer el libro vuelvo a reencontrar otros sentidos, otras miradas.

“Nave Sorda” es una obra rica, en extremo. Por supuesto que la recomiendo, despintada en simbologías, romanticismo, sinestesias, surrealismos... NAVE SORDA es fuego que quema como el amor, como el olvido.

Dejo el mejor de todos los poemas-canción... que inteligentemente coloca el autor al final:

“No traje nada preparado
vine solo con la intención de pintarte
una acuarela en el azul o soplarte
una sonata casi gris o decirte
no sé qué con no sé cuales
sustantivos o adjetivos o mirarte
o mirarme en la bruma
o decirte o no decirte nada
que lo es todo.”pp.57


Este libro de prosa-poema es exquisitamente sensual, musical, sinestésico, envuelve casi todos los sentidos y los sinsentidos de forma genial... y con una riqueza en las figuras retóricas insuperables. René se alza con otra gran obra bajo su rúbrica, ¡bravo!

Nave sorda de Rene Rodríguez Soriano es un incendio  de fuego controlado  que abrasa su agudeza poética que se quema en las llamas de lo imposible, parafraseando la leyenda que da inicio a este ensayo.

EliQ.
10/10/2018.

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