Realismo psicológico en LAS PUERTAS CERRADAS, de Roberto Marcallé Abreu



Por Elizabeth Quezada


“La soledad prolongada puebla de visiones el vacío”[i]
Maupassant.


Las puertas cerradas, son un conjunto de  historias  que trenzan la realidad-ficción como nos aconseja Chejov -sin que se noten las fisuras- donde el fluir de la conciencia del personaje central da sentido a la trama. Es (ese fluir) el gancho fundamental de todo el entramado semántico del libro. Hablamos de ese realismo que, por un lado se nos presenta vestido de relato psicológico. Y otras de relato fantástico. Todos con un discurso donde los personajes se perfilan dominados por el pesimismo, la angustia existencial sartreana, la desesperanza, y el escepticismo (Flaubert). Con influencias de la filosofía de Schopenhauer.[ii]
En estos días cayó a mis manos  un verdadero tesoro. Mi yerno quien escarbó  dentro de su ‘cementerio de libros’[iii] o armario de soltero en su casa materna, lo encontró. Se trata de una antología de  Los mejores relatos fantásticos de habla hispana.[iv] Leí unos y releí otros, como Luvina de Juan Rulfo, La luz es como el agua, de Gabriel García Márquez,  El árbol de oro, de Ana María Matute y La continuidad de los parques de Cortázar. Completan la antología: Borges, Fuentes, Millás, Benet, Javier Marías, Cristina Fernández Cubas, Merino.
Luego de esta degustación de cuentos de lo mejor de este y el otro lado del Atlántico, tengo el honor y el placer de leer Las puertas cerradas, de  Roberto Marcallé Abreu como exquisito postre cual creme brûlée; pues no dista ni en calidad estilística ni en discurso, de aquellos clásicos.  Ganadora del Premio único de Cuento 2017  de ‘La Alianza Cibaeña’, órgano cultural de la zona del Cibao de la cual soy nativa.  
Roberto Marcallé Abreu sigue siendo el más representativo novelista  escritor dominicano contemporáneo cronista que interpreta cual artista plástico una sociedad en  procesos cruzados: por una parte con una democracia endeble; y por otra con un alto índice de corrupción, impunidad, e inseguridad; delincuencia generalizada. Todo esto nos lo cuenta en sus obras desde una impecabilidad literaria; y con una autenticidad universal como la que más.   Su lienzo es el papel o el dispositivo tecnológico de su  preferencia; su pincel es el lápiz o bolígrafo…o sus dedos en el ordenador. Plasma de forma brutal todas las incidencias al dedillo. Retrata a sus personajes como si se tratara de un cuadro real… su fuerza es tan vital que nos conmueve hasta los huesos. O como nos dice Cortázar en una de sus historias fantásticas, con: “(…) el placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que nos rodea”.
El título del libro Las puertas cerradas es una perfecta metonimia que el autor aplica, de forma brillante como hilo intangible para unir estas historias. Todas cierran, terminan de  forma rotunda, triste y ante todo, conmovedora.
Encierran angustias, desarraigo, desilusión de su vida. Lo que nos invita a entrar a estos relatos con pinceladas del  cuento psicológico de  los grandes (Faulkner, John Dos Passos, Franz Kafka, J. Joyce, Virginia Woolf). Nos narra con la técnica del fluir de la conciencia para revelarnos el estado mental del personaje y  descender al fondo del conflicto.
El autor ya había escrito su novela “Espera en penumbra en el viejo bar” desde estas características estilísticas que los vanguardistas supieron enarbolar en los ochenta. Una suerte de realismo psicológico donde el desarraigo, el desasosiego, el pesimismo existencial capturan toda la historia y forma parte trascendental del personaje: un hombre gris, vacío, oscuro y desesperanzado.
Las puertas cerradas son ocho historias: Las puertas cerradas,        El apartamento Nargil, Una mañana para no recordar, Proximidad de las tinieblas, Rituales de la mala ventura, Recuento de una noche interminable, Las gracias a ti, querida, y  Una breve mirada hacia  atrás.
El primero, de título análogo al libro…‘Las  puertas cerradas’ predomina un narrador omnisciente que se dirige al lector  y se mezcla con un monólogo interior indirecto en algunos casos. Es la más contundente; nos cuenta sobre el pesimismo, la falta de fe, el cansancio de la derrota; de tocar (puertas) y no ser respondido; de la desidia del perdedor; la caída, en fin…cuando se nos cierran las puertas de manera reiteradas. Es una historia que me emociona y me entristece lo que nos convence del relato psicológico que se caracteriza por su subjetividad, primero. Segundo: Porque existen más pensamientos que acciones; y tercero: Predomina  lo intelectual sobre  lo sentimental, aunque el efecto en el lector sea  extremadamente interesante.
El segundo, El apartamento Nargil, es dramático en el orden de la espera, del desamor. Del elemento sorpresa y el suspenso... con un inesperado final. El autor juega con las emociones de los personajes y  lectores. El conflicto (del personaje), ya que los secundarios son prácticamente citados, nombrados, o de menor importancia…casi como los extras de las películas. Un personaje central y sus interioridades, nuevamente... su fluir mental, nos cuenta su insatisfacción; nos describe su apatía. El ambiente exterior solo es importante como apología de la condición interna del protagonista. Que generalmente tratan frustraciones, desarraigos, rechazos, condiciones humanas universales (separación, duelo, desamor,  perdidas, miserias, pobrezas, como dije antes) el ambiente, generalmente, se transmuta de acuerdo al sentimiento del personaje. Igual, un compás de espera que desespera. 
La tercera historia es el drama de Mario (Una mañana para no recordar) que  cierra las puertas a la razón, a la memoria, al quedar, en apariencias, en franco estado demencial o Alzheimer. Metonimia del sub-título (Una mañana -para no recordar). Lo que inscribo de genial, no solo en su retórica, sino además en la poesía que representa promover las letras desde su ilación y viceversa.
La cuarta, es ‘Proximidad de las tinieblas’ toda persona de la tercera edad, o que pase de los cincuenta adorara esta historia. Se trata de los conflictos de la vejez, del miedo a los cambios físicos; de los reclamos en el matrimonio porque ya no somos los mismos. Un final sorprendente. Con mucho parentesco con la séptima que es mejor no contar. Las gracias a ti, querida, me deja incógnitas para una nueva lectura y análisis pues tiene un final que no se explica desde lo racional… no es bueno abundar para no dar pistas…pero puedo decir que ambas historias (4ta. y 7ma.) son muy cortazariana en cuanto a los elementos fantásticos (realismo mágico) por lo irracional del final.   Y la octava es el verdadero final de la segunda historia con un drama trágico de película… Recomiendo portar pañuelos o servilletas para las lágrimas.
La quinta historia, Rituales de la mala ventura, o, digo yo, -las consecuencias del estado de ‘espera’ o desesperación-. A causa de   las patrañas del señor Mala-espina.- en realidad el autor lo nombra Malespín…por supuesto con doble sentido sugerente. Un personaje con cierto aire de rectitud se vale de su puesto para enamorar y mantener una vida secreta hasta que decide cortarla. No contaba con el estado emocional-mental de la mujer, ex empleada, (Elsa)... quien lo manipula hasta casi enloquecerlo... El autor, nueva vez, maneja el suspenso-espera de una forma genial. Personalmente me sorprendió con el final… yo esperaba un final trágico… pero estas son las cosas que aplaudo de la pluma de Marcallé Abreu, nunca es predecible.
La sexta, Recuento de una noche interminable, por otro lado… trata de forma dramática el encierro de Olivia, que ella misma ‘vislumbraba  eran parte de su realidad o eran producto de una pesadilla,’ en un hospital siquiátrico. Se cierran las puertas de la razón, pero de la vida. Un background o historia detrás de su locura verdaderamente impresionante. Insisto en que debe ser leída.
La séptima en clave de realismo fantástico como dije antes… con un final irracional… pero que presentimos desde las primeras líneas: “y  mi existencia está próxima a interrumpirse, ‘las  gracias a ti, querida.’ ¡Qué incongruencia!... algo así como una crónica de una muerte anunciada. Trata, a su vez de la resistencia que tienen algunos-as para ‘dejar ir’ el amor, la relación, el hombre o la mujer…etc. Reconocer la fragilidad del amor o el derecho que se tiene a poner fin una relación sin que medie la violencia o, incluso, la muerte, como pasa a menudo en países subdesarrollados o con graves problemas de educación donde el sentido de pertenencia da al traste con los conflictos de parejas. Y la octava vuelve a la historia segunda con un verdadero final.
Este libro, como los otros, contiene elementos esenciales en el ADN de las letras de Roberto. Primero: el suspenso, con finales de gran impacto. Segundo: Riqueza descriptiva, en este caso, de rasgo intimista, el entorno se funde con el ánimo del personaje central. Tercero: Ilación entre sus historias. Personajes abstractos que se reiteran; ejemplo: el ‘mal’, ‘presencias’… historias que terminan en otras… títulos metáforas o metonimias de gran peso en la trama. En casi todas sus novelas se puede ver el engranaje lo que nos cuenta de un escritor pensante, culto, experto 
Del autor he leído, además: Manipulación de los espejos, Las calles enemigas, Bruma de gente inhóspita, Esquivos rostros de mujer, Estas oscuras presencias de todos los días y, aunque todas tienen profundidad psicológica, son novelas realistas del subgénero de novela negra, no obstante, esta nueva publicación (Las puertas cerradas) no pertenece al subgénero de novela negra, del cual, considero que Marcallé Abreu es el máximo representante en nuestro país…pero se circunscribe en el subgénero de relato psicológico, como antes signifique. Vale decir que la consistencia de la obra de RMA: su fertilidad, el caudal estético y estilístico propio-coherente junto a la sensatez en la retórica; me permiten catalogarlo como uno de los escritores más importante, no solo de nuestro país; sino de habla hispana.
La novela psicológica tiene como grandes representantes a  Dostoievski con Crimen y Castigo, en Rusia; A Stendhal con Rojo y negro, en Francia. En español tenemos a Don Quijote, etc. En Latinoamérica a Vallejo, Mallea, Lugones, etc.
En fin que en Las puertas cerradas podrá encontrar drama humano, lágrimas; despedidas y desencuentros, recuerdos y olvidos… manipulación, esperas y desesperación; realismo crudo, desmoronamiento emocional articulado en un exquisito estilo donde las analogías, las sinestesias, los flashback, el  existencialismo puro y simple y  el suspenso, marcarán los finales impactantes dando como resultado un verdadero placer (Barthes) de disfrutar leer a este escritor.                                 
eq.



[i] Maupassant, Guy de: El Horla en: Obras completas (Vol. 2), Cuentos, p.404
[ii] Para Schopenhauer todos los males del hombre radican en su afán de existir.
[iii] ‘Cementerio de libros” Carlos Ruiz Zafón. Las sombras del viento.
[iv] Antología Los mejores relatos fantásticos de habla hispana, [Alfaguara, Serie Roja, Santillana, Madrid.2002].

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