De cómo restaurar los lazos entre el sujeto y la sociedad…



De cómo restaurar los lazos  entre el sujeto y la sociedad…

“Homo sum, humani nihil a me alienum puto.”                                                                  
 “Hombre soy, nada humano me es ajeno.”
Terencio.

"La racionalidad política se ha desarrollado e impuesto a lo largo de la historia de las sociedades occidentales". W. Foucault.*4

 Definitivamente que, leer, nos dispone, ipso facto, a la tarea de “pensar”; y no me refiero a ese pensar filosófico-eminente ni a las tareas sublimes del acto -per se-; sino al acto humano de reflexionar: especular, deliberar o, vulgarmente, ´darle mente a algo ´. Al recibir el Itinerario del mes, de la iglesia “San Francisco de Asís”…me enfoqué en el lema: “No he venido a ser servido sino a servir”*(1), y me sentí, nuevamente, culpable, por eso de que “Nada humano me es ajeno”*(2) y por la cuota de participación que yo aporto o no, a las posibles soluciones. Por supuesto, si soy honesta conmigo misma, debo hacerme la pregunta correcta…como cada quien, en cada caso. Sin preguntas correctas no existen respuestas adecuadas. ¿Qué hacemos en favor de una familia mejor, de una comunidad mejor, de un país mejor; a grandes escalas, de un mundo mejor?
Paralelo a una lectura se construyen  ideas que visualizamos; (me imagino que las personas auditivas, las escuchan  como un murmullo insistente… Por eso me afectan las noticias fatídicas de guerras, muertes, e injusticias sociales donde siempre reina el poder, los temas mercuriales y el ego. Esos temas que obvian los valores éticos de exigua humanidad.
La lectura que me hace pensar y luego escribir, habla, además del servicio, de la participación; valores que necesitamos rescatar para restaurar nuestro entorno inmediato, a propósito del día de la Restauración de la Republica.

Antes de seguir quiero dejar  claro, para aquellos que buscan la quinta pata al gato,  que estoy convencida de que todos somos responsables; en menor o mayor grado, de la decadencia de este Mundo conocido, y del Ser humano, en sentido general. 

El hombre y la mujer, en sentido general; unos contra otros, otros contra unos, viven enfrentados por cualquier nimio dislate, o los consabidos  “quítate tú  pa’ ponerme yo” del discurso político. Y en ese afán desmedido de “Poderes”,-diversos tipos de poder-, se van por el excusado, todos los principios.

En esa carrera contra reloj, para alcanzar poder, dinero y fama, co-existe o vaga la  manía de querer ser “líderes”.  Ahora se vende la idea bautizada con el nombre de “cursillos” para sacarles el billete a los tontos que se inscriben para obtener un grado o “Coach”…  Más ‘new age’ no puede ser.  ¡Por Dios! Existen talentos que si bien se perfilan, se pulen, se liman, pero están… Son diamantes en bruto; pero diamantes. No se adquiere con la práctica. Yo no digo que no se pueda ser músico, cantante, pintor, escultor, escritor, etc. El oficio se aprende, no con un simple refrigerio y un par de charlas donde los bostezos se mimetizan horrores…  lo que no se aprende es la magia, el carisma, la gracia, ese “j´ne sais pas” que distingue a uno de otro. Lógicamente soy de la escuela o corriente de pensamiento genetista que crea Jean Piaget*3… y pienso que todo ser humano tiene su ritmo. (Psico-Pedagógico)

El hombre y la mujer de hoy se sienten súper-hombres y súper- mujeres, (antropocentrismo)… “el ombligo del mundo”, y ese es el problema. No lo somos. ¿Dónde queda la humildad? Y, de paso, la solidaridad con el otro… para tender la mano, para ser consonante con el dolor y con la necesidad que existe en el mundo. ¡No es que estoy descubriendo el agua en fundita!

El hombre se ha divinizado, se ha liberado… vive una libertad vacía de fundamentos y de absolutos.  Lo anunciaba Feuerbach y antes Hegel, Marx, Comte. Aunque  Nietzsche, fue el heredero de dicha publicación, cuando de forma categórica la puso en labios de su personaje excéntrico de “La gaya ciencia”, y luego en “Zaratustra”: “Dios ha muerto”, y yo me pregunto, ¿o es que el hombre… lo suplantó? Muerto Dios, muertos los grandes relatos. Muerto el autor… ¿qué queda?

Todos quieren ser cabeza, a nadie le interesa la asquerosa cola ni de León ni de  Ratón. Nadie quiere ser cola que ronda los desechos tóxicos que expulsa. Pero eso se debe a la poca valoración que se tiene de ciertos oficios. ¡Como si el dedo índice fuera más importante que el meñique!

Recuerdo que, cuando tuve la necesidad económica de cambiar de carrera, al inicio de mis estudios universitarios; y emigrar desde la Facultad de Arquitectura a la de Educación (Humanidades), tuve que afrontar mucho bullying como si “ser educadora” fuera un oficio menor que ser Doctora, Ingeniera o Arquitecta. La  verdad que, en mi caso, la vida me re-dirigió hacia otros planes que ahora, a lo lejos considero oportunos. 

De todo y de todos, se aprende; pero es una falacia del tamaño del universo, pretender que, “se sabe de todo”; sin embargo, el grosor de la ignorancia es tanto que se creen sus propias mentiras. Mentiras que, repetidas, se convierten en verdades. Y con ideologías que los instan a acabar con el del frente, no importa que lo haga bien; que lo haga mal, incluso, que haga lo que nunca se ha hecho… acabamos con su reputación edificada con honor  por años. ¡¿Posmodernidad o democratización del discurso?!(Lyotard)

Con sus luces y sus sombras, el sujeto hombre y mujer transitan su camino por la vida, sorteando toda serie de obstáculos, para llegar vencedores hacia una meta abstracta: vivir el aquí y el ahora (carpe diem) con cierto bienestar y holgura siendo que felicidad signifique comer mangos debajo de un árbol frondoso; leer un buen libro respirando aire menos contaminado;  o vivir acuartelado, encerrado en una ciudad luz que nunca duerme; porque las pesadillas se viven despiertos. Lo que queda, realmente es la interrelación entre el sujeto y su entorno; eso es lo que lo define. (Foucault) Y es la posición del prelado católico al expresar lo que cito al final, y que confirma la idea de: servicio y participación.

Eso sí, todos somos mitad ángeles mitad demonios: Caín y Abel en pugna por ganar la franquicia de nuestra existencia. Mantenemos una lucha tenaz por ser  coherentes, sensatos, justos, solidarios; por ser menos “individualistas” y más comprometidos con las mejores causas. Hago un “mea culpa” de mis propias iniquidades; y, si le sirve el sombrero a alguien, se lo presto; o mejor aún, me encantaría que este discurso sea como una luz amarilla, para evitar caerse en los huecos de esos caminos, siempre aleccionadores. La vida es una carrera de relevo llena de obstáculos. Hay gente en esa carrera que te da la mano para sostenerte; otras para empujarte a las vías del tren.
Todos nos equivocamos, aunque algunos insisten en culpar al “otro”: al país, al gobierno, a la pareja, a Dios, por su “destino”, suerte, mala racha, en fin… por sus decisiones. 

Finalmente, confieso que, tengo que ser más servicial, más atenta con los demás. Más solidaria. Menos individualista, singular y desapegada. Es lo que aprendo de esa lectura que cito al inicio y me llama a salir y dar mi cuota de     participación; no para sentirme que soy mejor; sino para hacer de otros, mejores seres humanos. ¡PARTICIPAR!, esa es la clave.  Y dice al final, dicho Itinerario eclesiástico: “El servicio es lo que da sentido a nuestra vida”.

Eli Quezada
16 agosto 2014

Notitas Bibliográficas.


*1-Es una expresión de Jesús en la  BIBLIA. (Marcos. 10:45)            
  2- “Nada humano me es ajeno.”
  3- Jean Piaget crea y desarrolla la epistemología genética: estudió el origen y desarrollo de las capacidades cognitivas desde su base orgánica, biológica, genética, encontrando que cada uno se desarrolla a su propio ritmo.
  4- "El sujeto y el poder", en: Hubert Dreyfus y Paul Rabinow, eds., Michel Foucault, mas allá del estructuralismo y la hermenéutica. Buenos Aires, Nueva Vision, 2001. p. 241.
                                                                                                             
 5- Padre Pedro Henríquez (Párroco Iglesia St. Francisco Asís).


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