¿Es ciego el amor?

Por Elizabeth Quezada. ¿Existe la posibilidad de amar luego de ese simple first sight o flechazo de atracción –fatal o no- que se da sin proposición previa ni “indecorosa”, como milagro químico-genético y no desde el presupuesto del conocimiento?
Es cierto que existe esa chispa a primera vista que muchos llaman por error “amor” (que se acerca pero no lo define) y que puede ser el principio de algo grande…siempre y cuando ese –algo grande- se cultive como todo en esta vida. Pasa con las aptitudes, con los dones que traemos en los genes, con la amistad, with everything. Es posible, -no común- que un niño de cinco años tenga habilidades y destrezas para ejecutar una pieza simple en el piano, o cualquier instrumento musical; pero si esas habilidades tempranas no se complementan con estudios y fundamentos teóricos a través de largos años de estudios…ese niño-joven permanecerá girando como la noria en torno a las mismas notas hasta aburrirse y sucumbir al derrotismo; aunque nunca sea tarde para empezar.
Para alcanzar la excelencia o el virtuosismo hay que aprender a sembrar, poco a poco, para luego sentirnos capaces de alcanzar la cima y caminar orgullosos a la espera de la cosecha. Total si lo que se disfruta en verdad es el proceso…ese camino de lluvia que mojará nuestro huerto. Ese calor y color que nos empapará en cada trabajo. Esos obstáculos que nos costará solventar entre risas y llanto. Ese trajinar descalzo abonando el camino. El premio es la mirada constante de quien nos sigue; nos da la mano y nos sustenta. Los honores son extras que la vida nos regala, si ella quiere.
Sembrar en el orden de las relaciones humanas equivale a tener como un top ten de actitudes que vayan en consonancia con el respeto que me merece el otro-a y que tiene como principal exponente a Benito Juárez cuando dijo: “El respeto al derecho ajeno es la paz.” Saber donde terminan mis derechos y comienzan los del vecino me evita confrontaciones inútiles y situaciones groseras. Sí, es cierto que gracias a la manía del hombre y la mujer modernos creerse divinos han devenido los egos gigantes que hacen que se enfrenten vecinos, por ejemplo, por un parqueo, hermanos en un altercado, padres e hijos por una incomprensión. En fin que se trata de acallar los egos y si es posible matar la arrogancia. Sembrar en el orden del conocimiento significa leer, investigar, descubrir, no quedarse con dudas, aunque la duda es un método válido para la consecución de cualquier verdad. El amor permite que una persona adquiera valores tan sólidos como la tolerancia, la solidaridad, la compasión, la templanza, el respeto a lo sacro, al misterio, a la patria, a los mitos, al otro. Hay que entender que existen temas indescifrables, que existe magia en los misterios. ¡Y qué bueno que existan!
Toda persona que lee aprende sin la necesidad de subirse a un avión… Viaja a territorios desconocidos, conoce personajes de la historia y vive dramas que le serán de experiencia o solaz. La lectura estructura una personalidad interesante porque ofrece la posibilidad de conocer-se y conocer el entorno humano desde las perspectivas de los grandes pensadores. Sembrar en el sentido de “amar” que es el tema que me lleva a reflexión es cultivar nuestro intro, nuestro interior, antes de salir a buscar y entender los demonios y los fantasmas del otro; para, supuestamente –dar- lo que no se tiene- y muchas veces: -lo que el otro desprecia-. Hay que ser feliz con uno mismo antes de querer hacer feliz a otro. Amar es dar, es dar-se. Amar es regalar los sentimientos sin esperar nada a cambio (en un mundo perfecto de cosas). Algo tan propio, tan privado y de tan buena cosecha como el ser íntegro. El amor es como un buen vino: de ricas uvas, excelentes tierras, buena cosecha y envejecimiento… se ha guardado para el mejor postor. Por eso no debemos más que besar y besar sapos hasta que se conviertan en príncipe. Si ninguno se convierte, hemos perdido la batalla en el amor. A las jóvenes es preciso aconsejarles
-no irse de boca con el primero que le susurre unas palabras bonitas al oído y le hagan cosquilla-. Hay que recordar que de allí puede venir la concepción inesperada de un ser vivo que puede hacer de -la vuelta en sí- luego de un momento de locura, una lección muy larga qué aprender. Finalmente, amar a otro supone, primero: conocerse, admirarse, es trabajar día a día por esa empresa que es uno-a mismo-a. Y luego que me ame, que me reconozca, que me valore…estaremos listos para amar a otro-a en su justa medida. No nos conformaremos con menos de lo que nosotros somos. Todo lo demás tiene vetas disfuncionales o circunstanciales ligadas a miles de fisuras que no corresponden al tema del Amor.
Elizabeth Quezada.2012 (De ensayos, testimonios y crítica literaria)

Comentarios

fenway ha dicho que…
Siempre es asi,poeta.El amor tiene demasiado coloridos,de que lo percibimos de diferentes modos,y de como lo sentimos,asi podemos describirlo.No es sencillo,cuando el amor es ciego,poder superar la derrota de un amor en declive.Somos seres que sufrimos y en ambos generos.De aquel amor platonico,que nos roba el sueño,es del que aniquila dulcemente a distancia,pero muere por igual,por cualquier defecto que encontremos.Es ciego y vulnerable.Por suerte nos ha tocado la parte carnal y no de androide que para nada se inmuta ante el asalto que a los seres humanos,nos apasiona.Lindo tu ensayo poeta.
Eli Quezada ha dicho que…
Gracias Carlos por mantenerte ahí leal a nuestra amistad y nuestros proyectos.
Gracias mil veces.