¿Es tarde para el hombre?

“¿No soy acaso un falso acorde de la divina sinfonía?” Charles Baudalaire
Asiento esta entrevista con la certeza de que “el ego, así como el crimen, no paga”. La arrogancia ha llevado al hombre moderno a deidificarse y centrarse en sí mismo y, justamente, es la causa mayor de la auto-destrucción de la especie. Y eso lo confirma el ilustre invitado a este diálogo: William Ospina* Y lo dice no sólo con sus palabras sabias sino con su obra ensayística del mismo nombre… y por supuesto, con su vida. Lo demuestran sus palabras. Como también lo confirma el entrevistador, el destacado escritor, creador y director de la revista PAIS CULTURAL, pp.34-35* Basilio Belliard. Lo que definitivamente hace grande al ser humano, no son las cualidades geniales y creativas, o discursivas; o los dones propios y adquiridos en su trayecto de vida. Lo que engrandece al hombre y a la mujer son la capacidad de mantenerse dúctil a pesar de los títulos, a pesar de sus conocimientos y del poder. No dejarse arropar de la banalidad de la apariencia y del Lujo, de ese mundo vacío y Light que desapropia de personalidad a los que se apuntan a endiosarse y vivir un falso panteísmo orientado a desaparecer a los grandes misterios espirituales. Hay que enterrar la arrogancia y el desdén. La discriminación y la exclusión del otro. Matar el ego de una estocada certera. Ya lo dice el gran pensador francés Gilles Lipovetsky cuando escribe su libro: EL LUJO ETERNO: “De la era de lo sagrado al tiempo de las marcas”- Lipovetsky nos recuerda que lo superfluo y la apariencia han sido temas estudiados desde Platón a Polibio, de Epicuro a Epicteto, de San Agustín a Rousseau, de Lutero a Calvino, de Mandeville a Voltaire, de Veblen a Mauss. Y justamente me detengo a observar con la excusa de la reflexión sobre las respuestas atinadas a las preguntas sobre uno de los libros de William Ospina que trata sobre la deidificación del hombre moderno y su hostilidad hacia lo divino.
Destacaré las preguntas que me interesan para resaltar la calidad humana y su pensamiento y dejaré de lado sus impresiones de su visita a Santo Domingo; sus referentes, su reiterado tono generoso de simple mortal que trabaja la escritura y que conversa como habla.
Basilio Belliard dice en el exordio: “Considerado uno de los más preclaros intelectuales de Colombia del presente como autor de una basta obra ensayística en la que sobresalen a un tiempo la gracia verbal y el pensamiento mágico. W. Ospina es el prototipo de escritor de sensibilidad neo-romántica pero de mirada horizontal sobre el destino humano.” Además dice que: “William Ospina es poeta, ensayista, novelista, traductor y ganador de los importantes premios: Rómulo Gallegos de novela y el Casa de América de ensayo. Ha sido calificado por su homólogo Gabriel García Márquez como uno de los mejores escritores de Colombia.”
Cuando Belliard le pregunta sobre cómo se definiría: ¿como un pensador romántico, como Post Marxista, o como Post Nietzscheniano? Ospina contestó: “No me atrevo a definirme y menos como un pensador. Hay ideas de Marx que hay que valorar y todavía discutir. En cuanto a Nietzsche todavía está lleno de poder, de fuerza, de capacidad de conmovernos. Despertarnos a los peligros de la época…cada vez son más visibles la cosas que presentía.” A la pregunta… ¿Qué pesa más en tus ensayos: La poesía o la filosofía; el sentimiento o la razón; la melancolía o la esperanza? Ospina responde: “Creo que en un ensayo se necesitan por igual la memoria y el pensamiento, la emoción y la sensibilidad, la imaginación y el ritmo. Curiosamente son las mismas cosas que se necesitan para el poema. Pero en el ensayo prima la reflexión y las otras cosas son complementarias. En el poema no prima nada, todo debe estar en la misma tensión; todo debe ser a la misma vez, sombra y luz, revelación y misterio.” Tengo que admitir que fue sarcástico en cuanto a la valoración de nuestro amado Octavio Paz. No obstante tiene derecho a disentir, y como siempre digo que hay que recordar a Benito Juárez y su cita: “En el respeto al derecho ajeno está la paz”. Cuando haciendo un paralelismo con el título de uno de sus libros, Belliard le pregunta a Ospina, lo siguiente: ¿Por qué “es tarde para el hombre” y “temprano para Dios”? Ospina contestó, “Como escribió Neruda “la tierra hizo del hombre su castigo”. Es tarde para seguir creyendo que el hombre es la criatura superior de la naturaleza, al contrario, es la única criatura que no respeta la naturaleza, que modifica y degrada el mundo. Barba Jacob decía “que el cordero ajusta a su ser a la eterna armonía”, el ser humano sólo puede decir de sí mismo, como Baudalaire, “¿no soy acaso un falso acorde de la divina sinfonía?” Y cierro con la cita que lo coloca, a William Ospina, en el sitial de un hombre libre de falsos egos y con los pies bien puestos sobre la faz de la tierra. “Nuestra civilización moderna ha llenado de arrogancia a la especie, ya no veneramos nada; ya nada es sagrado, la tierra es una bodega de recursos y pronto se convertirá en un basurero.” Elizabeth Quezada,NY. *William Ospina, poeta, narrador, ensayista, periodista. Nace el 2 de Marzo del 1954 en Padua, Colombia. Ganador del premio Nacional de Ensayo, 1982, y el Nacional de Poesía en 1992. Como el Internacional Rómulo Gallegos en 2009 e internacional Casa de América en el 2003 *Es sólo una esquematización tocando el tema que me llamó a reflexión con respecto a la arrogancia y el ego. Invito a la lectura in extensa de toda la entrevista en la revista PAIS CULTURAL. Adquiérala por sólo 5 dólares el ejemplar o 20 dólares la suscripción anual.

Comentarios

fenway ha dicho que…
Muchas gracias hermana,por compartir tan intersante briefing de este gran intelectual.Y a Basilio por hacerle buenas preguntas y el haber obtenido buenos argumentos de Ospina.Te confieso que el tipo es de suma valoracion por lo que exhibe en su intecto.Estupendo trabajo!