El mito de la caverna para Sócrates

La forma del bien aparece en La República como un principio iluminador y creativo. El sol es un símbolo que representa la forma del bien. Por su luz se ve la verdad, se revela el mundo, hasta entonces invisible; y es también una fuente de vida. De esta manera se hace posible que por medio de la visión se pueda dar la apreciación de la verdad, haciendo posible el conocimiento.

El bien es la base de toda ciencia, ética y política. El filósofo debe conocer el bien y poder explicar lo que es bueno y lo que no es, éste filósofo tiene que poseer un concepto adecuado del bien, tener la capacidad de definirlo y de demostrar la superioridad del bien ante cualquier otro argumento.

Volviendo a la enseñanza de los que aspirarían a ser filósofos, el objeto principal de una enseñanza perfecta es disciplinar la mente para una adecuada comprensión de la idea del bien. La idea del bien se logra en el mundo inteligible y no en el mundo sensible. Para llegar a ese mundo inteligible se precisa de la dialéctica, que contempla las ideas puras. Con la dialéctica se puede viajar al mundo inteligible en donde reside la idea pura y eterna del bien. Los gobernantes del Estado ideal usaran la dialéctica para ir más allá de cualquier hipótesis del mundo sensible y desdeñar la mismísima verdad.



Para dar un tinte explicativo al mundo sensible, el mundo inteligible y como es que, por medio de la dialéctica, los filósofos han llegado a la idea del bien, la verdad, lo justo, etc., en este libro Sócrates ilustra a sus oyentes sobre un mito, el "mito de la caverna".

El mito de la caverna versa sobre unos hombres que desde que nacen viven en una caverna, atados en sus cabezas mirando a una pared, detrás de ellos hay luz que proyecta objetos, generando de este modo sombras en la pared donde los presos tienen fija la mirada. Este mito propone resaltar que cuando uno de ellos salga de la posición en que está y se de cuenta de las cosas que de verdad son y de las cosas que aparentan ser, habrá visto el mundo inteligible; que es eterno y en donde residen las cosas perfectas e inmutables, y los hombres que todavía permanecen atados en la caverna, regocijándose algunos de su sabiduría, no harían más que ver sombras, imágenes superficiales, cambiantes e imperfectas que no darían resultados verdaderos, sino opiniones.

Con este mito, Sócrates, da a entender que en la ciudad ideal no deben gobernar los que ven los objetos sensibles, sino los filósofos que han podido ver la verdad, el verdadero sol. Los filósofos que hayan percibido la verdad, tienen que descender a la caverna en el mundo sensible por amor a la comunidad y participar con sus ciudadanos.

Gracias al amor que tiene el filósofo a la comunidad es que desciende de ese mundo perfecto para ayudar a sus ciudadanos, por ello no se entiende que un verdadero filósofo aspire al mando con vistas al provecho, si éste ha renunciado a un lugar mejor para poder ayudar a los que están ciegos por la oscuridad.

Las ciencias que los hombres utilizarán para poder reflexionar y desarrollar la facultad de concebir abstracciones para la captura del bien, son: la aritmética y las relacionadas con la aritmética; la geometría y la astronomía. Estas tres ciencias no sólo hacen posible una intensa reflexión, sino también desarrollan las capacidades de los que las ejercitan llevándolos gradualmente al mundo de las abstracciones (el mundo inteligible). Estos estudios son preparatorios hasta llegar a la dialéctica, que corona la educación propia del filósofo. La dialéctica es la que proporciona una visión de todo saber y la que captura las ideas perfectas del mundo supraceleste, la dialéctica es la ciencia que busca la verdad por sí misma, la esencia de las cosas. El filósofo tiene que ser capaz de escapar de las hipótesis del mundo sensible y capturar las verdaderas ideas de la razón: la justicia, la moral, etc. y la más elevada de todas; el bien. Pero para que la filosofía no sea subestimada y difamada tiene que ser enseñada a los más capaces.

En la niñez, por medio de juegos se irá viendo quienes son los infantes más capaces. Durante los años consagrados a la gimnasia, se procederá a incrementar la dificultad de los estudios. A los 20 años se llevará a cabo una selección de los mejores discípulos. Concluyentemente a los 30 años se hará una selección definitiva en donde surgirán los que se consagrarán por 5 años a la dialéctica. Siguiendo este proceso selectivo, no se correrá peligro de perturbar la moral y la religión de los jóvenes procesados. A los 35 años, los que hayan completado dichosamente sus estudios "descenderán a la caverna" y por 15 años se consagraran a las tareas de paz y guerra del Estado. Los que salgan vivos de estas delicadas tareas, a los 50 años, serán los verdaderos gobernantes, dedicándose a la filosofía y participando de las actividades del Estado. Una vez muerto el gobernante, se le rendirá tributo y homenaje para incentivar a nuevos ciudadanos del Estado.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
es que el mundo tangible y sensible que percibimos hasta donde la ciencia es capaz de comprender ,no representa la totalidad de la sabiduria .hay elementos de la vida , el mundo y el cosmos que todavia no han podido ser desclasificados oficialmente ;y permanecen y permaneceran en la penumbra del conocimiento hasta que dios o la gradual superacion de nuestra ignorancia nos permitan la posibilidad de llegar a poseer un conocimiento consensuado sobre ellos .el sol de la ciencia ilumina solo una parte del sendero que no sabemos adonde conduce .estamos rodeados de tinieblas, cuyo vislumbre general , completaria el paisaje del rompecabezas en que estamos inmersos . perspectiva holistica que solo pareceria factible a quienes como platon , aseguran tener el don de la nictalopia existencial .