Del comunicador social y poeta: Carlos Martínez Márquez
(…) y es que para cumplir con la axiomática frase de que “la mujer del césar no tan solo debe ser honesta, si no aparentarlo”, debemos manejarnos de la mano de la ética…para defender nuestro modo de pensar, cuando hacemos uso de la razón expresada en los medios. Creo (en el poder de la pluma) que conlleve a dignificar la 4ta.enmienda constitutiva de uno de los poderes del estado, no para abusar de la ingenuidad e inteligencia de los munícipes: si no, para elevar la conciencia del individuo, que transmita planteamientos a los pueblos, que no precisamente vaya en detrimento a sus intereses socio político.
La integridad que se requiere para manejarse en la cancha de los medios de comunicaciones, deberá ser apartada de toda parcialidad e insensatez, respecto a nuestras orientaciones, para que no trascienda lo mezquino y así podamos evitar caer en la vacua e inoperante manipulación por los desaciertos de conductas de quienes participamos en los medios.
La comunicación social debe exhibir muestra de decencia, para que por arte de magia no se nos escape la autenticidad, el juicio de valoración, lo critico y mordaz, la honestidad y el decoro con que debemos conducirnos por el tránsito de la finura y estética del pensamiento.
Las tendencias políticas son muy obvias, en donde los intereses particulares se anteponen a los intereses generales. “Entiendo” que se ha perdido (la perspectiva y la esencia) para la cual se escogió como oficio el informar, educar y transmitir a los pueblos…lo que atañe a los asuntos cotidianos de toda sociedad del mundo.
“Las percepciones son percepciones, no más”. Debemos luchar cada día por superarnos, pero no sin antes luchar contra el sistema.
Es importante tomar nota: de que debemos recapitular y retomar el camino inédito de las cláusulas cardinales del 4to poder reseñada en la constitución para de ese modo, podamos hacer uso de la verdad ante cualquier circunstancias. Dejemos de lado las trivialidades, ya que se flagela la esencia vitalicia de la imparcialidad y sensatez prevaleciente en el contexto social.
¡Contribuyamos a ser una mejor nación!...que nos cuesta?
Por: Carlos Martínez Márquez
(…) y es que para cumplir con la axiomática frase de que “la mujer del césar no tan solo debe ser honesta, si no aparentarlo”, debemos manejarnos de la mano de la ética…para defender nuestro modo de pensar, cuando hacemos uso de la razón expresada en los medios. Creo (en el poder de la pluma) que conlleve a dignificar la 4ta.enmienda constitutiva de uno de los poderes del estado, no para abusar de la ingenuidad e inteligencia de los munícipes: si no, para elevar la conciencia del individuo, que transmita planteamientos a los pueblos, que no precisamente vaya en detrimento a sus intereses socio político.
La integridad que se requiere para manejarse en la cancha de los medios de comunicaciones, deberá ser apartada de toda parcialidad e insensatez, respecto a nuestras orientaciones, para que no trascienda lo mezquino y así podamos evitar caer en la vacua e inoperante manipulación por los desaciertos de conductas de quienes participamos en los medios.
La comunicación social debe exhibir muestra de decencia, para que por arte de magia no se nos escape la autenticidad, el juicio de valoración, lo critico y mordaz, la honestidad y el decoro con que debemos conducirnos por el tránsito de la finura y estética del pensamiento.
Las tendencias políticas son muy obvias, en donde los intereses particulares se anteponen a los intereses generales. “Entiendo” que se ha perdido (la perspectiva y la esencia) para la cual se escogió como oficio el informar, educar y transmitir a los pueblos…lo que atañe a los asuntos cotidianos de toda sociedad del mundo.
“Las percepciones son percepciones, no más”. Debemos luchar cada día por superarnos, pero no sin antes luchar contra el sistema.
Es importante tomar nota: de que debemos recapitular y retomar el camino inédito de las cláusulas cardinales del 4to poder reseñada en la constitución para de ese modo, podamos hacer uso de la verdad ante cualquier circunstancias. Dejemos de lado las trivialidades, ya que se flagela la esencia vitalicia de la imparcialidad y sensatez prevaleciente en el contexto social.
¡Contribuyamos a ser una mejor nación!...que nos cuesta?
Por: Carlos Martínez Márquez
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