Café y nuez moscada

La alborada despertó bajo mi piel desnuda, preñada de miel y turquesa, cuando fui tuya... La metamorfosis comenzó desde nuestras primeras conversaciones fortuitas tomando café y algún cake, en mi caso; o simplemente una jarra de cerveza, en el tuyo. Nos hicimos adictos a tomarnos todas las tardes y a beber de nuestras miradas las historias paralelas Los portugueses del café en Madison Avenue, lo intuían ¿Verdad? Bajé como la luna y toqué tus dominios... Me sumergí en tus aguas, fuiste como un río caudaloso y extenso que bañó con tu fuerza todo mi cuerpo. El downtown de Manhattan... testigo luminoso y mudo de nuestras reuniones, con sus galerías de arte que gritaban tu nombre, nos delató. Y bebimos de nuestras mieles; Y nuestra risa fue contagiosa... nuestros ojos fueron faroles que compitieron con Times Square. Y fuimos felices mientras la burbuja ondeaba con nuestros cuerpos tatuados calle arriba y calle abajo... Un día explotó. Fue una crónica de una muerte anunciada. Y te conviertes, de pronto, en una nueva cuenta de trévoles, que deshojados, caen testigo de lo furtivo y efímero; de las pasiones atemporales. Y te convertiste en mi recuerdo favorito con olor a café con nuez moscada; a un capuchino... o un simple expreso amargo. Fuerte pero dulce. Y nuevamente me quedé sin amaneceres violetas. Sólo con las espinas de esas rosas rojas que perfumaron nuestros deseos. Y me convertí en noche, en luna de sal, con la miel escondida. Seguiré siendo obtusa y occisa... con las caderas rotas y la sangre fría... mientras que por dentro el volcán se torne presto a cualquier erupción. Solitaria. Muerta en vida. Seguiré siendo hasta el final la dama de las noches falsas... de apellido pomposo, de camas separadas, de estatus comprobado, cazando soledades compartidas... Para todos volveré a ser la estatua de sal, sin sangre en las venas por donde la miel que me bebiste, vuelva a correr. Seguiré siendo la luna, llena de miel que te besa en las noches claras con mis versos y mis lágrimas saladas. Elizabeth Quezada (Copyright reserved, 2009)

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Que manera de escribir! Me fascina su trabajo. Saludos,
Laura Pacheco
Eli Quezada ha dicho que…
Querida Laura:
Gracias por tus emotivas palabras...por favor sigue visitando mi página y dejando tus comentarios que siempre son importantes.
Laura Pacheco...eres dominicana? Si lo eres, estudiaste en El Colegio Veritas? Si es asi fuiste compañera de mi hija Emily en primaria y me acuerdo perfectamente de tu carita pues fui delegada del curso ante la sociedad de padres del colegio. Si no es asi... es sólo una coincidencia y el cariño sigue intacto. Por favor, te invito a firmar el guestbook y dejar una foto. y si quieres a seguirme, donde te lo indica.
Un abrazo, preciosa.
Elizabeth.