Por Eli Quezada
“Quizá
entonces se volvió malo, o quizá ya era de nacimiento...”
Juan
Rulfo, “El llano en llamas”
Kianny Antigua es una
de esas amigas-colegas de las redes que sigo y admiro por la calidad de lo que
escribe y, a quien quería conocer a profundidad desde su discurso literario.
Ese tiempo y esa hora llega al leer parte de su gran tesoro: “Caléndula”
[novela, Sudaquia Ed, 2016]; y “Cuando el resto se apaga” [Poesía, Zampopos,
2013] y otros… y comienzo a devorarlos
entre risas, sobresaltos de los nietos, ruidos domingueros, conversaciones, en
casa de mi madre. Comparto uno que otro verso… y me repito, internamente, como
mantra: ¡qué grande eres, Kianny! No podía despegar mis ojos de sus letras… Les
hablo a los allí presentes sobre la experiencia y el talento de la escritora
dominicana en el exterior y dejamos que la tarde se apague junto al sol.
Esa primera mirada me
pareció ‘brillante’, constato mi admiración previa y premonitoria. Luego,
obviamente, leo en forma reflexiva los textos para dar lugar a una valoración y
análisis que me permita crear mi discurso-mirada, en este caso, de la novela
“Caléndula”.
Cuando leo me
trasporto…suelo recorrer los caminos que el creador o la creadora transitan.
(Kianny Antigua). Tomo de la mano a sus personajes y me interno en esos mundos
suyos que hago míos mientras los abordo. No hay ruidos, no hay dolores, no
existe nada cuando leo… por eso amo leer. Puedo viajar sin comprar tickets ni
hacer colas registradas en los aeropuertos. Partiendo de ese amor puedo decir
que, definitivamente, a Kianny se la lee, parafraseando a Cortázar, “con el
placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que nos rodea”.
Me detengo a
reflexionar sobre el título de la novela. La caléndula es una flor que se abre
de día y muere de noche, y cada día se reinventa… se resiste a morir. Es
llamada por esa cualidad: ‘Maravilla’.
Quiérase o no a Don
Fermín le sucede lo mismo que a la flor; Y le ocurre, ya por virtud, ya por
karma o por un resguardo mágico-divino que constituye un verdadero ‘misterio’. Y cito:
“(…) Yeya pudo admirar la grandiosidad de esta
ofrenda póstuma, adornada con príncipe negro, caléndulas naranjas, (…) y una
banda azul en la que se leía: “Descansa en paz, papa.” Tu niña-Mecho”. “Caléndula” [novela, Sudaquia Ed, 2016, pp.
53]
No obstante, el muerto seguía vivo. Y es que,
emparentando el pensamiento de la autora sobre la muerte en su obra poética,
nos invita a reflexionar sobre la idea de que la muerte es un estadio de la
vida y viceversa. Algo como un triángulo -vida, muerte, vida- se teje y
entreteje y es la caléndula, justamente, la metáfora perfecta para entender la
arista más importante de esta profunda novela donde lo real-maravilloso, y el
realismo mágico se emparentan con la novela negra y el misterio, pero me identifica a la autora-poeta, que en uno de sus poemarios dice:
"El silencio que tragamos,
"El silencio que tragamos,
la
mirada esquiva que nos desarma,
la
duda,
el
agotamiento que nos ha dejado la búsqueda de la paz.
No
se huye, no se muere con la muerte.”
[Cuando
el resto se apaga, pp.33]
En esta novela, rica en contrastes, se
puede descubrir el mestizaje cultural y el carácter autóctono como también los
ribetes de transculturación aprendida no solo de factura europea; sino de las mismas islas vecinas (Cuba, Haití)… Creencias judeo-cristianas por un lado; y por
el otro, creencias de procedencia afroantillana con diversos matices
representativos de las diversas tradiciones indígenas, autóctonas de Las Américas. La
magia blanca y la negra. El ‘vudú’ y la “santería’ tienen un peso específico en
la novela. La figura mítica de tradición oral del llamado ‘Galipote’ y las
posesiones demoniacas, los despojos y resguardos para evitar el ‘mal de ojo’,
etc. De forma que, nos pasea de la realidad a la fantasía; de la ficción a la
cruda realidad… se funden y confunden las diversas creencias y religiosidad
informal.
Don Fermín es un personaje de doble moral
que venera y “respeta” la figura icónica de la Iglesia Católica, La virgen de
la Altagracia. Y al mismo tiempo admira antivalores como la tiranía que representó ‘El tirano’. Forma
parte de un grupo represivo (La Banda). Mata a muchos, entre ellos, a su propio hijo…
Posee a una jovencita-niña de doce y la hace su mujer. A propósito de eso debo
resaltar que la autora une la denuncia social (violencia infantil) desde una
ventana humorística. Fermín fue tan malo que ni la tierra, ni la muerte ni “ei
diablo” lo quería.
Kianny juega con el
lenguaje en su morfosintaxis real. Develando el dialecto regional que determina
la poca instrucción y la clase social de los personajes (Fermín, Yeya, Mecho, Domitila,
Mabel, Juanico, etc.) en esta novela un
lenguaje donde la (i) sustituye a la (r), (signo del Cibao). En este sentido
debo especificar que existe en el español dominicano escisiones, elisiones,
seseos, etc. El cambio de las (s) por la (j); la (r) por la (L). O simplemente la eliminación de las S, R, al
final, y cito:
“Lo’ muchacho’ no se van a morí’…” pp. 24
¿Y qué voy a hace’? (hacer)
(Un fenómeno de transculturación en el idioma. Los chicos hablan su español
como los padres que emigran a USA; pero al mismo tiempo, el inglés como segunda
lengua la hablan perfecta.
¿Are you kidding me? pp.23
En lo poético revela
una mujer que ama ser mujer y que está cansada de ser culpada por los errores
de una EVA eterna que debemos derribar. Se sabe fuerte aunque cansada… como
toda mujer y poeta se afianza en los
asuntos existenciales y humanos.
Discurre entre los
pasillos de la muerte sabiendo que la muerte es una parte de la vida. Kianny
hereda el talento referencial de una Ana Ma. Matute y un Alejo Carpentier. De
un Rulfo y un Cortázar. No sé si los lee mucho pero creo en la memoria
histórica y la sinestesia del recuerdo. Como también la autora despliega en sus
letras una filosofía calculada dejando que el raciocinio se detenga ante la
fuerza del misterio.
En fin, Caléndula, es
una novela negra de un realismo mágico-religioso desde el hipertexto, las
reminiscencias (flashback), las fábulas, el mito y la magia. Minimalista y
compleja… una maravilla, como la flor.
Invito a leer a esta
brillante mujer de las letras dominicanas.
Eq.
Kianny N.
Antigua, la
autora es profesora y escritora. Nació en San Francisco de Macorís,
República Dominicana, en 1979. Con
honores, obtiene un técnico en administración de empresas de la universidad
Fiorello La Guardia Community College. Consecuentemente, se gradúa Summa Cum
Laude con una licenciatura y una maestría en literatura hispánica de la
universidad The City College of New York en 2005 y 2008 respectivamente.
Libros: Caléndula (Sudaquia Editores 2016) - Elementos (Editora Nacional 2016)-
Al revés / Upside Down
(loqueleo 2016)- Extracto (Editora
Nacional 2015)-El canto de la lechuza
/ The Owl's Song (Alfaguara 2015) - Detrás
del latido / Behind the Heartbeat (Alfaguara 2015) - Kianny N. Antigua: Short Fiction 2014 (Aster(ix) 2014) -Mía,
Esteban y las nuevas palabras / Mía, Esteban and the New Words (Alfaguara
2014)-El tragaluz del sótano
(Artepoética Press 2014)-Cuando el resto
se apaga (Proyecto Zompopos 2013)-9
Iris y otros malditos cuentos (Editora Nacional 2010)- El expreso (Argos 2004). Premios literarios: XV Concurso Nacional de Cuento Sociedad
Cultural Alianza Cibaeña. Las puertas se
hicieron para cerrarse (2016) Premio
Letras de Ultramar 2015, Literatura Infantil …
Elementos (2016) Mención de
honor, Premio Nacional de Cuento Casa de Teatro 2015. “Ya del otro lado” (2015) Mención de honor,
Premio Nacional de Cuento Joven
“Papito (Mantequilla) dejó el limpio” (2013) Mención de honor, Premio Nacional de Cuento
Joven… “Una hora de vida” (2013) Mención de honor, Premio Nacional de Cuento
Joven.. “Principio de incertidumbre”
(2012) Mención de honor, Premio Nacional
de Cuento Joven… “La corona”
(2012) 2º lugar, Premio de Cuento “Juan
Bosch”, Funglode “Downtown” (2011) Mención de honor, Premio de Cuento “Juan
Bosch”, Funglode.. “English Session
II, en español” (2011) Mención de honor,
Premio de Cuento “Juan Bosch”, Funglode/ “El desyerbe” (2010) Mención de honor, Vendimia Primera “Virgilio
Díaz Grullón” “De tal astilla tal palo”
(2000)
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