La ‘Gloria’ y el calvario en “Espera de penumbras en el viejo bar”, Novela de Roberto Marcallé Abreu.

Por Eli Quezada

“[…] si comienzo por el amor, 
es porque el amor es para todos, 
y por más que lo nieguen
, el amor es para todos,                                                          la gran cosa de la vida."
Jean Allouch

Al comenzar a escribir sobre esta novela “Espera de penumbras en el viejo bar.” [Editorial Santo Domingo, 1980]  y que gracias a su segunda edición 2016, la tenemos en nuestras manos,  tengo una sonrisa dilatada de satisfacción que deviene de ese placer fundamental que todo texto bien argumentado debe dejar. Y mis palabras ideas se chocan como carritos juguetones en una gran feria infantil.

Lo primero es que, con esta historia, el experto narrador y novelista, Roberto Marcallé Abreu,  reafirma su calidad, su mérito, y su bien logrado eminente sitial en las letras dominicanas (Premio Nacional de Literatura 2015) entre otros laureles. Es, definitivamente, como el ‘Rey Midas’ de la literatura dominicana: todo lo que toca (escribe) se vuelve oro puro.

La novela “Espera de penumbras en el viejo bar” está matizada de dramáticas descripciones hiperrealistas  sin descartar un agudo soplo poético. La prosa se viste del verso y este desnuda al narrador. Y en lo humano ese aire existencial, fatalista y anárquico, que puede ser considerado un signo general de ese lapso que recrea a la perfección el autor, y cito:

 “(…) era una vida pobre y estúpida, sin mayor sentido del que le daba la rutina, lo normal, lo evidente, lo fehaciente.” pp.32

Como saben, mis queridos lectores, la novela debe retratar una época como ningún otro género y es ahí que se definen los proyectos narrativos. Y  Marcallé posee ese don mágico  para plantear no sólo el aspecto psicológico  de sus personajes; sino las situaciones latentes en la sociedad, por ejemplo, ese juego intertextual con temas musicales ‘corta-venas’  que, como metáfora, nos habla de la angustia y el desasosiego que experimenta su protagonista –René-;  pero igual cualquiera de nosotros. Y, por otro lado la dejadez, la manipulación y el juego amatorio que probablemente sea inconsciente en Irene, que se perfila como ‘chica light’,  otro aspecto socio-temporal del periodo o tiempo espacial. Una época de cambios socio- político tanto en el país como en la región, pero más que eso, de un despertar a libertades o libertinajes que existían recónditos.

Y como segunda lectura ese aire imperante del neobarroco deconstructor de recursos semánticos, nostalgias de ese existencialismo o angustias a lo Kierkergaard, por no decir como el Gabriel de Kafka, que sufre René, sin el recurso de metamorfosis física pero si en su evolución sentimental. Esto sin abundar mucho sobre el discurso de Jacques Lacan que el autor cita en labios del sufrido René cuando esboza su ‘dolor que no cesa’… Porque, créanme, esta novela revela y retrata profundidades filosóficas en ese juego dialectico y manipulador que ocurre entre los protagonistas.
  
Dada la riqueza de contenido de la novela podemos abordar varias aristas; pero para mí, el discurso central lo define la siguiente terna de vocablos: AMOR-PASION-ESPERA, en la disyunción  René-Irene como personajes principales.   Ovidio mismo, en “las Cartas de las heroínas”* dice que "El amor es cosa llena de angustias y de miedos", y justamente es el calvario que sufre nuestro protagonista, René, en la espera agónica de su amada.
De modo que, la novela es un juego de manipulación en el campo del amor o  relaciones pasionales donde la aventura, la novedad,  y ese tira y hala, o –tequiero- pero –notequiero-  son mecanismos de seducción y determinan la sal y permanencia o durabilidad de la relación con obtención o no del sujeto deseado-a.

Aunque las feministas me maten, y siendo objetiva con lo que leo, el autor recreó perfectamente esa maniobra femenina cuando se trata de trastornar a su pretendiente; obviamente porque las razones de ambos no se fundamentaban en el ‘amor’ platónico… pero si en el deseo por lo prohibido. Irene lo manipuló todo el tiempo.  Debo afirmar además que los hombres también controlan y manipulan aunque este no fue el caso.

La segunda palabra o grupo que para mi cobra mucho valor estético, casi como personaje o metonimia es PENUMBRA. Y con ella como figura literaria  podemos encontrar innumerables ejemplos. Penumbra define la obsesión del protagonista. La oscuridad mental, el desasosiego, la niebla, la oscuridad.

Otra connotación semántica de la obra es el nombre del bar ‘GLORIA’  Y lo es porque René pretendía una supuesta “felicidad” o más bien un renacer de su vida atávica, recurrente y empobrecida desde adentro hacia afuera. Bar Gloria pretende ser su ‘cielo’ pero se convierte en lo contrario… un infierno donde encuentra angustia, desesperanza y martirio, mejor dicho, se convierte en un calvario.

“(…) desde la penumbra de la entrada al bar Gloria, bar de recuerdos, bar de tristezas, bar de Eros y de Baco, bar de tu recuerdo, mujer…” pp.22

El autor  nos cuenta  una  anécdota o leyenda urbana sobre un presidente, pero  muchos conocemos que se trata de Balaguer,  no como apología de la prostitución pero si como elemento ético o crítica social obviamente a la doble moral de palacio. Al parecer la corrupción no se detenía en la puerta de su despacho.

Lo que me impacta de Roberto, son sus habilidades plásticas narrativas, dado todo lo demás. Coloca a sus lectores en la piel de cada personaje y nos hace vivir la historia.  En fin, esta historia no es más que una reminiscencia de aquellos años, que los merengueros, o sus manejadores  llaman en nuestro país, los ‘años dorados’, y yo no digo que solo del merengue sino de la balada, de las costumbres, del buen vivir; aunque, para aquellos que vivimos esas nostalgias, esa música disco o motown. Esos sinsabores y ese regustarse en el dolor porque sí: la música, los tragos, los bares, discotecas, etc; como si ser existencialista fuera una moda o boom de ese momento.
Un retrato de la sociedad minucioso y exhaustivo. Coincido totalmente con el inquisitivo y versado crítico literario Giovanny Di Pietro cuando dice sobre Roberto Marcallé-Abreu:

  “(…) Algún día,  la obra de Marcallé habrá que estudiarla a fondo como una preclara ilustración de todas la facetas de una sociedad en franco descalabro.”

Eq/eq

                                                                                               
*Las obras de Roberto Marcallé Abreu incluyen: “Las dos muertes de José Inirio”, “Cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado”, “Las siempre insólitas cartas del destino”, “El minúsculo infierno del Señor Lukas”, “Sábado de sol después de las lluvias”, “Cinco bailadores sobre la tumba caliente del licenciado” y “Espera de penumbras en el viejo bar”. También, “Esas oscuras presencias de todos los días”, “Sobre aves negras cortes de media luna y lágrimas de sangre”, “Contrariedades y tribulaciones en la mezquina existencia del señor Manfredo Pemberton”, “En honor de mi muy querida Stella”, “La manipulación de los espejos”, “Las calles enemigas” y “Bruma de gente inhóspita”, entre otros.


Nota bibliográfica.
J. Lacan, seminario Los escritos técnicos de Freud (1953–1954). Trad. de Juan Granica, Rithee Cevasco y Vicente Mira Pascual. Barcelona, Paidós, 1981, sesión del 17 de marzo de 1954, p. 173.
Ovidio, Cartas de las heroínas. Trad. de Ana Pérez Vega. Madrid, Gredos, 1994, p. 28.


Eli Quezada, Estudio Filosofía y Letras, Es autora de “Amores rotos, textos de amor y desamor” [Alternativa Editorial, España, 2004] Premio Milena de Cartas de amor, España 2003. Antología Internacional Sensibilidades [Alternativa Editorial, España, 2003-2005] Diez Cuentos bailando la escala en prosa,[Amazon,USA, 2011]Novela coreada: BaladadeMujeresVerticales,con  JulieDeGrandy  y  Sonia Fides.[Amazon, 2014]entre otros.

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