A MI MANERA

Por Jimmy Valdez*

En lo que es la entera vida que me pertenece, la que disfruto con sus mieles y sinsabores, de momentos agrestes o espectaculares, amado y amante, cascarrabias inconcluso con precipitaciones a do mayor; velero arponeado por la ballena blanca de los miedos, infante codicioso de todas las atenciones posibles, mientras que de la nariz aparece colgado un moco asquerosamente negro como una costra pirata con parche en la cavidad superior de la ostentación. Igual en lo cara o cruz de las obliteraciones, absorto con la idea, natural de los lampos y el oleaje huracanado del caribe.

Pensando, siempre pensando con esa espera cosquillosa de la venidera zafra de bienestar siempre latente: la plenitud y satisfacción de lo útil, la libertad en su formulación más humana y sincera, lo productivo que es el bien que sacia todos anhelos, ese reconocernos en los espejos del alma sabiéndonos merecedores de mejor suerte dado el esfuerzo y la entrega con la que defende
mos la vida, la innegociabilidad de tranzar con lo digno, lo incondicional de nuestro dar a toda costa, incluso aquello que otros vedan, pues hay quienes opinan que no se debe dar todo, que este mundo es de una crueldad que no merece mayores preocupaciones que el velar por uno mismo, para uno mismo y siempre en lo propio, o sea el “yo” agigantado tan presente en los libros exploratorios de la siquis, siempre supremo y ordenando proteger lo divino de nuestras individualidades.

Todo lo que me rodea me conecta como esencia hasta formar la maravillosa báscula de ideas que al final es lo que se percibe y perdura del terrenal universo que imagino ser. Cuando escribo busco penetrar en la íntima profanidad del trastocar el mismo aire en los pulmones, lamer sus huesos, descoser los ADNs antes visitados por el oxigeno común que respiramos todos, mancos y tuertos por inclusión democrática y fiscal, en esta parcela de espectros siderales con cuerpos táctiles y febriles llamada tierra: se escribe para gritar más fuerte ante la sordera circundante de los nuestros, pues siempre hay quien se detenga y hasta nos sonría con los dientes mellados de las desilusiones o la esperanza.


Les confieso que mi ambición no pasa de querer lo que cada uno de mis hermanos quiere: una casa, un amor, ese con el que nos acostemos y levantemos todos los días de la vida sintiendo la imperante necesidad de ofrecerlo todo, como ya decía antes, en un trueque de cosas tiernas y cuidados. Igual se quiere el calor de los hijos, la abnegada presencia de la madre; días frescos y de sol, un trabajo que nos llene de orgullo y satisfacción cada día. Por supuesto salud, la patria grande común a todos, la belleza de la vida sin los miedos o las amenazas constantes de mortandad y daños. Yo quiero paz, ojala sea en este mundo… Uno escribe para poder soñar 360 grados a la redonda y ser feliz, sobre todo eso, ser feliz mientras cincelamos el corazón con las palabras…



*Jimmy Valdez: Poeta, promotor cultural  y pintor caribeño. Escribe cine, teatro, cuentos cortos y artículos de opinión. Premio ultramar en dramaturgia 2009 entre otros convocados por el Ministerio de Cultura en la República Dominicana y el Comisionado de New York.. Ha participado en bienales tanto en Puerto Rico, Santo Domingo, Cuba y New York. Coordinador de las ferias culturales “Uniendo Pueblos” “Dominico-Puertorriqueña” e “Identidad”. Profesor e instalador de piezas de arte en diversos museos y galerías. Nace en Dominicana y reside en la ciudad de New York. Su más reciente publicación es Osaku o herrumbe de un hombre vivo.  

¡Que sigan tu vuelo tan alto, tan cierto, tan justo, tan merecido, amigo poeta!
Eli Quezada

Comentarios

Eli Quezada ha dicho que…
De Jimmy se aprehende la pasión, lo real, lo auténtico... es un artista integral, expansivo, reflexivo. Es un poeta, filósofo y activista humano... Lucha solo o acompañado. Desde sus letras hasta sus huesos. Te admiro, querido amigo.