La verdad es que, los poetas y artistas en general, vivimos despreocupados de la cuestión material; del dinero, la ropa, los gastos. Vivimos imbuidos en un mundo abstracto y creemos que, con nuestro arte tenemos; como decía mi amigo, Lucho, colombiano, artista plástico, compilador de antologías, estudioso-catedrático en una universidad de Canada, cuando todavía teníamos una maleta de sueños colgada en la espalda, detrás del gran sueño americano; que para muchos es dinero, y para otros, lograr llegar al sitial que nos proponemos... decía: -"yo con miarte,tengo" (y una sonrisa pícara). Lo que se presta, obvio, a una mala interpretación. Pero en sentido general es el sentir del artista nato; aquel que no es negociante de su creatividad, pues no tiene precio. No obstante, hay un punto en que, debemos comer, debemos vestirnos, debemos ayudar a pagar los gastos, en fin, debemos vivir con la responsabilidad de todos. Ni más, ni menos. Dicho esto, debo decir que estoy aprendiendo a mercadearme y que les presento un libro de cuento-ensayo bañado de una prosa poética, que saben, mis lectores, que me caracteriza. Bueno, y es que mi admirado René Rodríguez Soriano dice que a los géneros él los limita con tiza...para poder borrarlos cuando quiera. Genial. Somos producto del postmodernismo, de la globalización y la literatura no escapa a estos nuevos cambios; a esta nueva era. Ya está... lo dije, a comprar pues: Diez cuentos bailando en prosa y otros textos. Son relatos en clave poética, o ensayos-cuentos, o poesía narrada.Ustedes dirán.
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