“Quiéreme, por favor” de Milagros Bauerbauer o ‘matar al ángel del hogar’.


Por Eli Quezada

“El oficio del poeta no es mostrar caminos,
sino, ante todo, despertar la nostalgia.”
Hermann Hesse.

Y justamente es lo que ha logrado Milagros Bauerbauer con su opera prima “Quiéreme, por favor” de un realismo  crudo y vivencial; mágico y honesto; fluido y desafiante; triste y conmovedor, pero más que eso,  valiente y positivo. Eso que el lector apasionado busca en toda historia.
Me he visto en su espejo. He vivido su historia que me lleva a recordar  los diarios y libros de la gran Virginia Woolf, y es aquí que despierta la nostalgia como dice Hesse.

Y es aquí que, guardando la distancia, se mata ‘al ángel de la casa’, parafraseando a Woolf. Se matan esos espectros reales que dieron vida a esta obra. Es allí  que el personaje real, ‘milagros’, tiene que luchar con todos esos fantasmas de carne y hueso que la fueron construyendo primero de cenizas y barro; luego al llegar a esa etapa donde debe  decidir los sentimientos y donde hay la certeza de reconstrucción  que requiere todo ser humano  prioriza y da paso al  amor.
Y el amor la salva. La hace fuerte. Se reconstruye de arcilla y cemento y se crece, y es la autora que nos regala generosamente su verdad… verdad que es su bastión porque ha matado  aquellos momentos que la angustiaron y posiblemente la pudieron haber hecho amargada, resentida, llena de traumas, sin embargo, le dieron fuerzas para crecerse y transcender. Y es una de las funciones de la escritura.
Porque escribir es un rito donde se sepultan todos nuestros temores.

Y al transcurrir la historia se siente esa levedad que ocurre en la autora… se va percibiendo su ligereza, como si aquellos fantasmas desabordaran su alma. Como si la maleta estuviese vacía. O como si, en mi caso, (vivencialmente),  las hubiera perdido, o echado al vacio.
 Insisto  que hay una correlación interesante  entre la novela de Milagros Bauerbauer y lo que fueron los demonios o ángeles que atormentaron a Virginia Woolf. Por ejemplo, dice Herbert Marder en “Virginia Woolf, la medida de la vida” que y cito: “Según el mito, las mujeres virtuosas vivían en un estado casi incorpóreo, elevándose etéreas sobre los impulsos animales y dedicando su vida al bienestar de la familia.” "…en ese entonces era imposible lograr una relación verdadera entre hombres y mujeres.  El Ángel había infectado sus vidas de irrealidad. “
Siempre han existido  esas luchas entre los supuestos ‘valores virtuosos’ de una mujer, independientemente de los de un hombre a quien todo se le es permitido.  Y justamente ese es el ángel (o fantasma, digo yo)  a los que se enfrentó Woolf,  Bauerbauer, yo y todo ser humano con un núcleo familiar disfuncional por diversas razones (enfermedad, separación, brutalidad, violencia, etc.). Esos que amamos, que veneramos, que se suponen deben ser nuestros paradigmas, y que nos hicieron daño con o sin conciencia; pero que, al fin y al cabo, nos amaron a su manera. Y nosotros a ellos.

No hay tanta diferencia en nuestra realidad actual.  Las mujeres y los hombres no logran conciliar sus diferencias y de la única forma que la vislumbro es que haya tolerancia entre ambos o que la mujer y el hombre manejen ciertos grados de sumisión.  Y esto va para toda relación interpersonal. Una sumisión inteligente. Vale decir tener la última palabra pero en boca del otro, por ej. Ya las abuelas empoderadas lo lograron, porque nosotras no.

En fin, “Quiéreme, por favor” es una novela que nos habla de esas relaciones primeras que nos forjan el espíritu en el dolor; para luego hacernos crecer en él hasta crear alas y volar y hacernos libres de toda atadura o trauma por los acontecimientos vividos; sino, por el contrario comprender que toda acción es producto de otros dolores, otras razones y que el amor lo cura todo…  de lo que se trata es de romper el círculo vicioso.  ¿Cómo? Sanando,  enfrentando esos miedos y recomenzar en ceros siempre de la mano del amor. El verdadero amor no daña.

Otro punto que me parece similar a la obra de Virginia Woolf es lo que define Marder como: “… la fascinación por la forma en que la gente se transforma bajo presión.”
Dicho de otra forma, Milagros relata todas las vueltas que da la vida alrededor de su núcleo familiar y nos da detalles de las caídas, de las mudanzas, de la ruina pero de la riqueza…mejor dicho, que el dolor  o situaciones límites nos llevan al borde y son el mejor maestro.

Las situaciones vividas por el personaje principal puede dirigir a cualquier mortal a la locura pero esta fuerte e invencible mujer se aferro a la herramienta vital, el amor que ‘lo cura’ todo.
Invito a futuros lectores a leer esta interesante y conmovedora novela, “Quiéreme, por favor, y claro que te quiero, milagros y te quieren todos tus ancestros donde quiera que estén. Eres un alma extraordinaria.

Eq/eq
La autora del ensayo  Eli Quezada es dominicana, analista literaria y articulista.  Escribió: “Amores rotos” [Alternativa Editorial, Madrid, 2004] “Piel de abril” [Bubok Publishing, Lulu, Amazon, USA 2011]  [ y la novela coral “Baladas de Mujeres Verticales”[Amazon, 2014]con Julie De Grandy y Sonia Fides, entre otros.


Comentarios

Unknown ha dicho que…
fantástico ensayo. Felicitaciones. Voy a buscar leerte más.
Eli Quezada ha dicho que…
Gracias, a la orden.